


473 Tras una noche -la última- de sueño reparador, apenas nos queda tiempo para dar un somero vistazo a Montpellier antes de emprender el camino de vuelta a España. Con un cielo amenazante, recalamos (nunca mejor dicho) en la Place Royale du Peyrou, desde la que puede verse el pináculo de la torre de la catedral de St. Pierre y en la que se alza un espléndido Arc du Triomphe que data de 1692, entrada al peatonalizado casco antiguo de la ciudad.
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