




Naturalmente, entre el aperitivo y el postre surtido, cayó una deliciosa combinación de arroces, especialidad de la casa y de la terreta, en general. Negro y a banda, ambos exquisitos. La sobremesa terminó con un paseo de vuelta a los coches y un momento de relax en casa, antes de salir a bajar la copiosa comida... en el post siguiente.
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