martes, 24 de marzo de 2009

Vacaciones en Roma: El Vaticano

Pese a su nombre, no se trata de la guarida de ningún superhéroe de cómic con orejas de murciélago, aunque probablemente ostenta la mayor acumulación de superpoderes espirituales (y no tanto), de obras de arte y de sotanas por metro cuadrado en todo el mundo. Son sólo 0.44 kilómetros cuadrados los que constituyen, en pleno corazón de Roma, el Estado soberano más pequeño del planeta, habitualmente repletos de turistas que serpentean en largas colas ante la Basílica de San Pedro o los Museos Vaticanos; además, la entrada a estos emblemáticos lugares no puede reservarse por internet ni por otros medios y no está incluída en ninguno de los pases o bonos turísticos de la ciudad, así que no queda más remedio que madrugar un poco si queremos evitarnos una larga espera para visitarlos.

Via della Conciliazione, image by Stunket. Roma, 1 de marzo de 2009.

Llegando, como es habitual, desde el centro de Roma a través del Ponte Vittorio Emanuele II, se nos ofrece una clásica vista de la Basílica al final de la amplia Via della Conciliazione, abierta por Mussolini en conmemoración de los Acuerdos de Letrán de 1929 que dieron a este vestigio de los antiguos Estados Pontificios su estatus político actual. Para ello, Benito arrasó con el dédalo de calles estrechas que rodeaban la Piazza di San Pietro y que daban sentido a su diseño, abriéndose de pronto ante los visitantes y epatándolos con su magnificencia. Hoy el efecto es muy diferente pero no menos impactante, y conecta eficazmente el Vaticano con el resto de la ciudad como símbolo del final de las tensas relaciones entre ambos desde la unificación nacional culminada en 1870.

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