




417 Nuestro deambular por las callejas de la Citê nos lleva hasta su mismo centro, el macizo castillo de Carcassonne. Se accede al mismo por la barbacana, obra semicircular destinada a la protección de la puerta de entrada que se añade al foso exterior, cruzado por un puente de piedra. A la derecha, sobre la muralla, los matacanes de madera en voladizo completaban un sistema defensivo de probada eficacia. Por no hablar del sistema de cierre, con doble sucesión de almenas verticales, grada metálica y batientes de madera. ¡Y todo eso sólo para llegar hasta el patio rodeado por una nueva muralla! Afortunadamente, el ejército sólo se ocupa hoy de labores humanitarias en el recinto, al que los tranquilos turistas pueden acceder sin más que el inevitable paso por la taquilla...
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