



402 Tras doce serpenteantes y vertiginosos kilómetros de ascenso sorteando plácidos obstáculos vacunos, la estrecha carretera nos deja en lo más alto. No podemos evitar una parada en el espectacular Mirador de la Reina, donde la vista del paisaje nos prepara para lo que está por llegar. En la cima, hilachas de niebla se dejan caer sobre los dos lagos más conocidos, bordeados por el verde intenso del alto prado. Empezando por arriba, paseamos junto al lago de La Ercina, a 1108 metros de altitud, antes de tomar un merecido descanso en el sendero que lo separa de su vecino de abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario