Nuestro primer día en Roma amanece soleado y radiante. Marta, tan amable, madruga para preparar nuestro desayuno mucho antes del horario establecido. Para ahorrar tiempo, tomamos un autobús en Termini y cruzamos el centro de la ciudad, directos hasta el Vaticano. Allí, la Piazza di San Pietro nos acoge con sus dos columnatas semicirculares, "los brazos maternales de la Iglesia" según Bernini, el artífice de este enorme espacio y de muchas otras de las más destacadas obras de Roma.
Vaticola y Columnata, images by Stunket. Roma, 27 de febrero de 2009.
Cuatro hileras de columnas dóricas forman cada una de las columnatas, que encierran una elipse gigante de 340 por 240 metros en su sector más amplio. Los números cantan: 284 columnas coronadas por 140 santos. Impresionante. Como curiosidad, mencionar que existen en la plaza dos puntos, marcados con círculos de hierro en el pavimento entre las dos fuentes y el obelisco central, desde los que pueden verse las columnas perfectamente alineadas en lo que parece una única fila a cada lado.
Vatifuente, image by Stunket. Roma, 27 de febrero de 2009.
Perspectiva, image by Stunket. Roma, 27 de febrero de 2009.
El obelisco central, con sus 25 metros de altura, estuvo una vez en la Heliópolis egipcia; fue traído por Calígula, utilizado por Nerón como poste de giro en las carreras de cuádrigas de su circo, y finalmente colocado en su ubicación actual por Domenico Fontana en 1586.
Fontana di Pietro, images by Stunket. Roma, 27 de febrero de 2009.
Cumplida la misión de evitar las largas colas de turistas y feligreses, probamos el agua ¿sagrada? de una fuente vaticana y tomamos fuerzas para la ascensión a la cúpula de la Basílica después de disfrutar disparando nuestras cámaras en una plaza casi desierta... Todo un lujo por estos lares.
1 comentario:
que bien te lo montas...
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